Japón es, sin lugar a duda, uno de los países más fascinantes del mundo. Una nación que ha pasado en apenas un siglo de vivir en la Edad Media a convertirse en una potencia tecnológica y económica a nivel mundial. Algunas de las empresas más potentes del mundo, en el sector de las telecomunicaciones y las tecnologías, son nipones. Pero también han logrado evolucionar en su propia cultura sin perder sus raíces y tradiciones. Es un país de contrastes, sin lugar a dudas, donde lo conservador siempre está en lucha con lo liberal, y esto se demuestra en prácticamente todas las facetas de la vida. La cultura japonesa también ha tenido una gran aceptación en el resto del mundo, especialmente desde la llegada de Internet, que ha ayudado a su expansión siendo solo comparable a la cultura norteamericana. El anime, la música, los mangas, los cosplays, los videojuegos… Japón ha conseguido llegar a todo el mundo a través de su cultura.
Y dentro de ella encontramos también una buena muestra de las dos caras que conviven en el país, a través del llamado hentai. Esta palabra podría traducirse literalmente como “pervertido” o “perversión”, y sirve para designar el contenido ilustrado de carácter pornográfico. Es decir, aquellos mangas, animes y videojuegos que tienen tramas explícitas de sexo, e incluso escenas donde aparecen personajes animados teniendo encuentros de este tipo. El hentai ha tenido una rápida expansión por todo el mundo desde los años 90, ya que apenas existen alternativas parecidas en los demás lugares. La animación para adultos no ha tenido calado en ninguna otra nación salvo en Japón, y al estar acostumbrados al dibujo de los animes, los occidentales hemos aceptado más rápidamente esa tendencia pornográfica. Para muchos, este tipo de contenido es totalmente censurable, y de hecho hay personas que consideran que ver hentai es muestra de una mente poco centrada. Las tramas que muchas veces incluyen las historias son, de hecho, rocambolescas y surrealistas. Pero al final no deja de ser una muestra más de arte dibujado, aunque en este caso se incluyan escenas explícitas que pueden suponer un punto diferenciador importante.
Amazon lleva ya unos años tratando de convertir a Prime Video en un competidor fuerte dentro de la recién estrenada competencia de plataformas de streaming, donde HBO y Netflix parecen estar a otro nivel, junto con la amenaza de Disney +, que en apenas un año se ha convertido en una de las sensaciones del medio audiovisual gracias a su ingente catálogo de superhéroes, series galácticas y demás. La plataforma de Amazon, por su parte, se ha concentrado sobre todo en las series, más que en las películas, y ya cuenta con numerosos éxitos, destacando por ejemplo The Boys como una de las referencias para el gran público. Sin embargo, al igual que Netflix y HBO, la plataforma de Bezos también apuesta por un nuevo formato que está teniendo una gran acogida por parte del público: las series documentales.
Gracias a estas series, basadas normalmente en hechos reales pero con una estructura muy similar a un thriller o a una serie de ficción, los espectadores pueden acceder a otro tipo de entretenimiento. Los documentales no han sido nunca el formato más atractivo en la televisión o el cine, eso hay que reconocerlo, y salvo honradas excepciones, han pasado muy desapercibidos para el gran público. Esto está cambiando con las plataformas de streaming, en una de las muchas diferencias que están marcando con respecto a los canales tradicionales. Curiosamente, en ocasiones una de estas plataformas se hace con los derechos de una serie ya emitida en la televisión para ponerla al alcance de su público masivo y, sorpresa, el éxito es inmediato. Así ha ocurrido, por ejemplo, con la serie Secretos de los Museos, que se emitió originalmente en History Channel en Canadá hace casi una década, y que ahora, con su llegada a Primer Video, ha vuelto a tener una segunda vida.
La estrella porno Aurora Snow sorprendió a muchos con su sincera confesión a Daily Beast sobre uno de los últimos tabúes que quedan en la industria del entretenimiento para adultos. De acuerdo con Snow, mientras que pocos actos sexuales son considerados fuera de la mesa hoy en día, los actos sexuales con ciertos individuos pueden serlo.
Snow habló específicamente del hecho de que un número de artistas femeninas blancas son disuadidas de participar en escenas con hombres negros. A menudo los que hacen el desaliento son hombres en el poder dentro de la industria – específicamente, hombres blancos que son gerentes o agentes.